Atractivos Turísticos de Santa Clara del Mar

Nadie podrá decir que la calma de Santa Clara precede a alguna tormenta; por el contrario, los turistas que la visitan año tras año añoran el sosiego de este paraje acurruca do junto al mar y en el que los vientos suelen hacer cosquillas cuando el sol estira las siluetas de los paseantes.

Ubicada a la vera de la ruta provincial 11, a dieciocho kilómetros de Mar del Plata, la ciudad ofrece al visitante todas las posibilidades que exige aquel que prefiere vivir las vacaciones junto a su familia.
Playas con arenas amistosas, un océano suavemente ondulado, balnearios con todos los servicios y la proverbial hospitalidad de los residentes, definen a Santa Clara del Mar como el lugar donde la tranquilidad y la ausencia de molestos protocolos es el paisaje de todas las jornadas.

Balnearios

En las playas, los balnearios tienen algo más que sombra para los sufridos peregrinos; carpas y sombrillas estratégicamente distribuidas, vestuarios con duchas de agua caliente, restaurantes y bares con atención en la carpa o en la mismísima orilla y la posibilidad de "prenderse" en alguno de los torneos de voley, tejo, fútbol, paddle o disciplinas menos exigentes como la canasta, truco o generala.

En el agua, barrenar o perfeccionar los porrazos a bordo de una tabla de windsurf son desafíos que pocos des precian. En cambio, sentir el viento y la espuma en la cara queda para los que se animen a tripular las versátiles motos acuáticas. Sin embargo, conviene recordar que si usted solamente disfruta "haciendo la plancha", no tiene por qué inhibirse: este deporte continúa de moda.

Recomendación

A la hora de calmar la sed y la angustia oral, en Santa Clara cuesta decidirse. La buena cocina está presente en todos sus restaurantes, parrillas y pizzerías, y siempre encontrará la forma de visitarlos a todos.

Si usted es de los que prefieren capturar a los peces personalmente sólo tiene que embarcarse en una excursión de pesca que lo llevará sin escalas hasta los dominios de los cardúmenes más ansiosos de combatir contra sus anzuelos, o bien desde las diversas escolleras se puede intentar la captura de corvinas, pescadillas, brótolas y demás especies marinas.

Por la noche, el sueño se demora en alguno de los bares, pubs y discotecas del balneario, y en silenciosas caminatas por la orilla del mar o en las sinuosas sendas de la avenida Costanera.

Por todo esto y por muchas otras cosas que el visitante descubrirá en cada visita, Santa Clara del Mar sigue siendo el lugar donde las vacaciones transcurren sin sobresaltos ni estridencias, junto a la familia y las sonrisas de los tranquilos hospedantes  de una ciudad que sigue atesorando la calma, entre el acompasado murmullo de la espuma del mar y el viento que se desliza a través de las hojas.